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CYNTHIA ZÚÑIGA BLOG

08.05.2023

El universo, el cielo y el agua

El universo, el cielo y el agua

 

Abro la puerta turquesa porque es la que me llama la atención. Me detengo en la entrada. Al lado derecho hay un ventilador encendido que hace mucho ruido, es lo primero que veo y escucho. Es de un turquesa intenso y sopla aire como brisa del mar. Me fijo en el espacio y sus objetos. Siento como si caminara sobre el agua, pero me doy cuenta que es la alfombra peluda que absorbe mis pies. Voy descalza, no lo puedo creer. No me gusta andar así con los pies descalzos sobre cualquier superficie. Miedo. Veo mis pies, no son tan feos después de todo, dedo a dedo los veo hundirse mientras llego hasta un sillón. Parece una nube a mi alcance, me siento sobre él. Todo es del mismo color. Me veo y yo también lo soy. No me asusta, al contrario, es como si finalmente regresara al lugar a donde pertenezco. El sonido del ventilador se hace menos molesto y me adormece. Recuesto mi cabeza sobre un cojín de una tela muy suave. ¿Es un sueño o lo que siempre anduve buscando?

 

Miro hasta el fondo de la habitación, hay libros, miles de libros, millones de libros…todos en el mismo tono de tranquilidad. Una pared completamente llena de ellos. Mi curiosidad se activa, me levanto y camino hasta allí. Observo fila por fila, allí están todos, mis favoritos y otros que desconozco, pero que quiero tener. Mi mente comienza a lanzar ideas, tengo que escribir. En la esquina de la habitación hay un escritorio, me apresuro hacia él, me siento y comienzo a garabatear. Escribo. La creatividad se desata. Debo estar soñando porque no dejo de escribir. Escucho sonidos turquesas. Todo huele a mar. Veo agua caer como fuente desde otra pared. Me refrescan las ideas. Siento que había estado dormida por tanto tiempo, y ahora vuelo, puedo nadar, puedo hacer lo que quiera.

 

Soy libre, pero es una libertad diferente. No es libertad de querer abrir la ventana y tirarme al vacío. Es una voluntad nueva, más equilibrada. Mi mente está en calma, se enfoca y produce. Por fin las letras comienzan a volar por todo el espacio. No puedo parar de escribir. Escribo con pluma y tinta turquesa, pero luego estoy escribiendo en una máquina antigua. Me veo vestida con ropa de otra época. Soy yo, pero en otra versión, tal vez en otra vida. Siguen fluyendo las letras, van y vienen como olas del mar. Al fin me envuelve la inspiración, me cubre algo, no estoy segura de qué es, parece una sensación nueva. Le buscaré nombre para poder definirla, tomo entre las letras que flotan por el aire para formar lo que quiero decir. Algunas letras se me escapan de las manos, flotan por el cielo. Entonces me pongo de pie pero no las alcanzo, rápidamente me subo al escritorio y logro agarrar algunas. Las ordeno sobre un papel turquesa claro. Seguro me dirán algo…muchos años buscando en tantas historias, viviendo a través de personajes de otros colores que no eran.

 

Acá en este espacio solo estoy yo. Nada más los libros, las letras y yo. Sensaciones a inmensidad del universo, del cielo y el agua.

 

Paz interior.

 

 

Cynthia Zúñiga

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